Este es un truco que aprendí recientemente
Prefacio
Esta semana tenía planeada una postal muy diferente a la que te envío hoy pero, como siempre, la vida suele pasar y no sé si a ti también te pase, pero a mi se me dificulta sentarme a escribir sobre algo cuando mi corazón y mi mente se encuentran en mundos distintos, no importa que tantos métodos y procesos haya implementado a lo largo de los años para evitar precisamente este tipo de “contratiempos” anímicos.
Sin embargo, en vez de forzarme a hacer algo que no sale de manera natural, ahora prefiero ver estas situaciones como una oportunidad para ser honesto—tanto contigo, como conmigo—lo cual me parece mucho más mejor. 😉
¿Qué opinas?
Dos aprendizajes en uno
Uno de mis aprendizajes favoritos de este año ha sido el cómo ser menos duro conmigo cuando los planes o las situaciones en las que me encuentro no se desenvuelven de la manera como me hubiera gustado que lo hicieran.
Parte de este aprendizaje llegó a mí gracias al libro The Four Agreements. En él, Don Miguel Ruiz habla sobre cómo es que, a cada momento, aquello que hacemos es "lo mejor" que podemos hacer.
La diferencia está en que "lo mejor" puede tener distintas versiones que dependen de nuestros estados de ánimo y salud, nuestros conocimientos en el momento y una larga lista de variables sobre las que muchas veces no tenemos nada de control.
Esto quiere decir que, sea consciente de ello o no, a cada instante estoy actuando de la mejor manera posible en dado momento, siempre y cuando acepte que mi “mejor” lucirá diferente cuando me encuentre feliz, saludable y abierto a nueva información, comparado con los momentos cuando me encuentre triste, enfermo y cerrado al mundo.
Ninguna de estas situaciones es buena o mala en si—solamente son—pero los juicios que les impongo son lo que cambia mi concepto de ellas.

La segunda parte de este aprendizaje llegó a través de una pregunta que me hizo mi guía más reciente, durante una de nuestras últimas conversaciones.
"¿Estás dispuesto a perdonarte?"—fue su pregunta.
"No," le respondí instantáneamente, para mi sorpresa.
"¿Estás dispuesto a estar dispuesto a perdonarte?"—continuó.
“Si.”
A simple vista, podría parecer que este no es más que un juego de palabras, pero las palabras crean realidades y esta frase—"estoy dispuesto a estar dispuesto..."—abrió ante mi una realidad que no había visto antes:
Quizás hoy no me sea posible ser o hacer aquello que con tanto anhelo deseo—las variables que mencioné al inicio me pueden afectar de muchas formas—pero estar dispuesto a estar dispuesto es una muestra de compasión y aceptación de mi Yo actual, sin los tan dañinos debieres a los que muchas veces me suelo aferrar y sin ignorar el destino al cual busco dirigirme.
Ser compasivos con nosotros mismos no se trata de poner excusas para no hacer las cosas, sino de reconocer la imperfecta humanidad que somos y aceptar que, si bien hay momentos en nuestras vidas en los que no podemos dar ni un paso más, habrá otros en los que podremos escalar una montaña entera sin chistar.
Gracias a esto me di cuenta de que:
Estoy dispuesto a estar dispuesto a aceptar la realidad de las cosas.
Estoy listo para estar listo.
Para pensar…
Continuando el mismo formato de la semana pasada, aquí te dejo una pregunta relacionada a lo que hablo en esta postal:
¿Qué es algo para lo que estás disponible a estar disponible?
Una vez más, siéntete con la libertad de responder a este correo de la manera en que te nazca. Tus comentarios, preguntas y sugerencias—o lo que sea que quieras compartir—son más que válidos.
Si sabes de alguien a quien le gustaría recibir esta o futuras postales, le puedes reenviar esta publicación fácilmente dándole click aquí:
Espero con ansias tu respuesta,
Sergio Camalich
Fotos de la semana
Estas son algunas de mis fotos favoritas que tomé durante la semana del 26 de Julio al 1 de Agosto del 2021 en los alrededores de Ubud, Indonesia:

